Risperdal

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Risperdal

Risperdal es un medicamento antipsicótico utilizado para el tratamiento del autismo, el trastorno bipolar y la esquizofrenia. Puede combinarse con otros medicamentos recetados para tratar cualquiera de esas afecciones si el médico lo considera necesario en función de las necesidades individuales del paciente.
Sinónimos: Risperidona

Risperdal (risperidona) es un potente remedio utilizado para el tratamiento de enfermedades causadas por un desequilibrio químico en el cerebro. Antes de decidirse a comprar Risperdal 1 mg o 2 mg online, debe saber para qué se puede utilizar exactamente y si sus síntomas indican una condición específica contra la que se espera que sea eficaz. Risperdal está clasificado como un medicamento antipsicótico atípico que tiene menos efectos secundarios. Risperdal 1 mg o 2 mg puede utilizarse para el tratamiento de la manía bipolar, la esquizofrenia, la irritabilidad asociada al autismo y algunas otras afecciones causadas por una comunicación anormal entre los nervios del cerebro. Además de los comprimidos de Risperdal disponibles en dosis que van desde 0.De 25 mg a 4 mg, también existe Risperdal solución oral, Risperdal comprimidos desintegrables y Risperdal polvo inyectable. La rutina de administración de la risperidona y la dosis dependen del estado de salud general del paciente y del problema que debe tratarse. La dosis inicial habitual es de 2 mg de Risperdal, con incrementos de 1 mg o 2 mg cada pocos días. Los pacientes que toman Risperdal deben ser conscientes de las posibles interacciones con otros medicamentos que puedan estar tomando también, especialmente fluoxetina, ketoconazol, fluconazol, itraconazol o paroxetina. Debe tomar este fármaco durante todo el tiempo que se le indique. Si los síntomas no mejoran, debe consultarlo con un profesional sanitario cualificado antes de aumentar la dosis por su cuenta o realizar cualquier otro ajuste en el tratamiento.

Efectos secundarios

Los efectos secundarios de Risperdal son poco frecuentes pero posibles. Todo paciente debe ser consciente de la posibilidad de sufrir efectos secundarios como fiebre, náuseas, dolor abdominal, hiperactividad, mareos, cansancio y fatiga. Estos efectos secundarios desaparecerán por sí solos sin interferir en la rutina diaria del paciente o deberán ser comunicados al médico en caso de que empeoren o afecten a la capacidad del paciente para realizar sus tareas diarias.